introducción a la exposición

Desde el año 2009 investigo la fuerza enorme que genera la tierra y el fuego, conjugándolo con objetos que resurgen del pano hacia el exterior, barnizando de magia mis obras.

He seguido esta línea de trabajo con la que he  logrado grabar en mis sentidos,  la semilla del amor a este tipo de técnica, con la que he forjado las colecciones “Mi tierra”, "Senderos”, “Estratos”, “Fábrica de sueños", “Caricias”, “Los Pedroches”, “Arpegios”, “Haikus” y “Xiloestratos”, … que han ido evolucionando con el poso del tiempo al respirar el aroma de los muros de distintas galerías y entornos donde han estado expuestas.

En esta ocasión, un ramillete de estas obras conforman la colección “Arrullos, entre piedras y arena”, recogerán durante a primavera del 2015, el aroma de la sala “Priorité Art Coffe Shop”, ofreciendo un homenaje a “la música, “la pintura”, “la escultura” y “la poesía”.

El ritmo en la música es la organización en el tiempo de pulsos y acentos que se perciben como una estructura. Esta sucesión temporal se ordena en nuestra mente, percibiendo de este modo una forma. Tiene que ver mucho con definir rl compás y subrayar el acento de las figuras musicales que lo componen. Si además al pentagrama se le agregan notas musicales, aparece el sonido. Al sumar los acentos, las figuras y un compás definido por el ritmo,.. fluye la melodía.

Apoyando ritmos y acentos sigo esbozando estructuras y la brisa, en forma de “arrullo” ha ido arropando las siluetas, al convertir melodía y color en sensaciones de ensueño, susurrando sentimientos entre piedras y arena.

Agradezco, la ilusión que me marcó, como aprendiz del lanzaroteño Pancho Lasso (maestro imaginero), así como me agrandó horizontes mi amigo jienense Juan Moral (escultor) con la sombra de sus “litoespacios”. Y no puedo dejar de mencionar a mi paisana alcarreña Julie Sopetrán (poetisa) que engarzó en mi obra su corazón con su humanidad y amor a la música y al lenguaje dejando poso en algunas colecciones de esta serie de “tierra y fuego”, al enlazarlas con sus “haikus”, marcando huella y sendero.







@José María Alfaro Roca